El amor por la tierra y la naturaleza lo adquirí por mi abuela. Desde muy pequeña amaba acompañarla al campo a cosechar maíz, ella me enseñaba para que se usan las plantas, como escuchar al viento para predecir el clima y el respeto que debemos tenerle a nuestra Pachamama, porque somos parte de ella. Siempre he sido curiosa y me encanta aprender, durante mi camino tuve la oportunidad de investigar relaciones y estructuras sociales de primates, durante esas observaciones aprendí cómo la cooperación ha sido fundamental para la supervivencia, esta experiencia me permitió conocer varios sitios prístinos en todo el Ecuador y sorprenderme de la gran biodiversidad y riqueza multicultural y multiétnica del país de los 4 mundos, de igual manera pude observar como varias comunidades, poblaciones locales y empresas trabajan en pro de una conservación ambiental y un desarrollo sustentable. 

Entendí que para proteger el ambiente las necesidades básicas de las poblaciones deben estar cubiertas y es importante impulsar alternativas económicas sustentables. Ahora de vuelta a mi hogar, Cotacachi, tengo el reto de apoyar a mi pueblo, a potenciar y revalorizar los conocimientos ancestrales que los pueblos indígenas tenemos para el cultivo de la tierra, compartir la cosmovisión de los kichwas con el mundo y revalorizar el cuidado de nuestros páramos, porque podemos aprender a convivir con todos los seres de este planeta como parte de un todo.